La tercera entrega de mis paseos por la sierra ha resultado ser la más extensa en kilómetros y tiempo invertido. Y es que lo inicié en Andújar y acabé en Fuencaliente, provincia de Ciudad Real. Por cierto, una villa que os aconsejo que recorráis cuando tengáis algo de tiempo y no sepáis dónde invertirlo, porque no os defraudará. Cuenta con un equipamiento turístico completo y su orografía (que es parte de su sello de indentidad), repleta de calles estrechas, rincones idílicos y pendientes de vértigo, os permitirá conocer una ciudad manchega de perspectivas inusitadas. Cuando os decidáis, al lado del Ayuntamiento, en una empinada calle, como no podía ser de otra forma, está situadala oficina de turismo, donde os proporcionarán detalles sobre su historia que os abrirán infinidad de frentes a los que acudir en busca de buena parte de nuestra existencia. Y por comer, importante apartado por cierto, no preocuparos, porque os avituallarán de alimentos exquisitos en los diferentes establecimientos dedicados a la restauración y a la venta de las chacinas que fabrican con las materias primas que obtienen de la zona.
En su término municipal, nada menos que doce estaciones de pinturas rupestres esquemáticas os esperan para visitarlas: Peña Escrita, La Batanera, la Cueva de las Sierpes, El Escorialejo, Morrón del Pino, La Serrezuela, El Piruetanal, La Solana del Navajo, El Criadero de los Lobos, El Melitón, Los Gavilanes y La Golondrina. Los seis primeros han sido protegidos y pueden ser visitados libremente, pero el resto son de difícil acceso porque están situados en fincas particulares. Los más asequibles, Peña Escrita y La Batanera, ya que podéis recorrer el camino en coche. El resto tiene más dificultad, ya que se llega a ellos a través de pendientes muy pronunciadas. De hecho, es imprescindible que contéis con la ayuda de un guía, que lo encontraréis en la misma ciudad. Ahí van los nombres de dos de ellos:Luis Gahete (669 847 759) y José Ramón Muñoz (649 469 958). El yacimiento romano de Valderrepisa, a unos kilómetros de la ciudad, también exige el guía para su recorrido, y la comprensión general de lo que allí veremos. Deciros que tiene una extensión excavada de poco más de mil metros cuadrados y corresponden a pobladores romanos de la época republicana, es decir, del siglo II antes de Cristo. Se trata de un poblado dedicado a la fundición, ya que hasta allí llegaban los minerales extraídos de las minas de la zona para su fundición y transformación en lingotes listos para su transporte hacia los centros de destino. En definitiva, que Fuencaliente os ofrece infinidad de posibilidades culturales que, si podéis, debéis conocer. Por cierto, abierto al público todo el año, cuenta con un hotel-balneario termal que anuncia remedios para todos los males físicos. Y un dato: de las dos fuentes públicas de agua que bebimos, ésta salía caliente. ¿Quizá de ahí el nombre del pueblo?
Pero a lo que vamos, que es a iniciar un paseo por Sierra Morena que estoy seguro que os va a encantar. Una vez más, os recuerdo que pasáis por la puerta del centro de visitantes, en donde obtendréis información si os hace falta, y que la carretera que debéis elegir os pone casi a las puertas del santuario de la Virgen de la Cabeza, ya que, justo en el cruce que os lleva a este santo lugar, vosotros debéis optar por continuar hasta Puertollano, aunque no deberíais desaprovechar la oportunidad, estando tan próximos, de visitar a la patrona. Enseguida comprobaréis que esta carretera ha sido recientemente renovada y lo ha sido hasta el kilómetro 12. A partir de ese punto, aunque de menor calidad el firme, permite circular con seguridad y comodidad. De nuevo recordaros que andáis por tierra de linces y, en general, por zona muy sensible a las alteraciones provocadas por agentes extraños, que, aunque delimitada con señalización expresa y adecuada tanto vertical como horizontal, debéis respetar la limitación de cuarenta kilómetros por hora, que además os permitirá observar el paisaje y contrastar que no estáis solos. A unos siete kilómetros desde el cruce del santuario, el mirador de Mingorramos os invitará a deteneros. Desde aquí, con un poco de suerte y con paciencia, seguro que tendréis oportunidad de ver de cerca al mayor número de ciervos de todo el recorrido. Además, podréis observar el santuario desde una perspectiva desconocida y majestuosa. Regalaros tiempo y disfrutad estos momentos. Como sabéis, en la sierra, todo anda despacio y es preciso tener los ojos bien abiertos. Y más en este paseo, ya que nunca había visto tal cantidad de fauna en libertad: ciervos, gamos, jabalíes, buitres leonados… pero no el lince. ¡Qué le vamos a hacer!
A menos de ocho kilómetros desde este mirador, otro: el de El Tamujar. Como el anterior, las perspectivas son magníficas y la posibilidad de observar animales sueltos es muy alta. Y atención porque a partir de ese punto, a unos cuatro kilómetros, encontraréis una “Y” griega en la carretera, es decir, dos caminos; si seguís de frente iréis dirección Puertollano; el que os sale a la izquierda, conocido como El Sendero del Junquillo, es por el que debéis optar. Dejaréis por tanto el asfalto y circularéis por un camino de zahorra recientemente compactada y con ausencia casi absoluta de señalización. Y es aquí, en este punto, donde comienza realmente la aventura. Durante todo el trayecto debéis poner especial atención cuando os encontréis con los caminos que os salen por la derecha e izquierda. Concretamente, uno de ellos os saldrá por la derecha y os invitará a Las Tapias, pero se trata de una finca privada que no os permitirá seguir porque tiene cerrado el camino. Vosotros debéis obviarlo y optar por la indicación que anuncia hacia Valdelagrana, la finca privada de Sierra Morena, según nuestros datos, que cuenta con más extensión. La confirmación de que habéis elegido la buena dirección la hallaréis a la izquierda, justo la entrada de este camino, ya que pasaréis por las puertas de una finca que tiene por nombre Las Nieves. Si lo hacéis como os digo, no preocuparos porque vais bien, aunque no os despistéis.
Y es que, a partir de este punto, si cabe, y hay que poner especial atención a todo lo que aparecerá ante vuestros ojos, incluido el cielo, porque la presencia de buitres es muy habitual. Os recomendamos estar atentos porque pronto os encontraréis con una cancela a medioabrir (a la derecha, sobre una puerta de obra, aparece un cartel que anuncia que se trata de la finca de Valdelagrana la Nueva) y que podréis pasarla sin problemas, aunque aparentemente creamos que nos metemos en un paso prohibido. Un dato que os puede servir para confirmar la dirección, en este punto y en todo el trayecto, porque es la única referencia que encontraréis en puntos decisivos, es que, cuando os salgan caminos a derecha e izquierda, debéis optar siempre por el que ha sido renovado, que es algo que se nota enseguida. Siguiendo el camino pronto os introduciréis en terreno de lobos, que no significa nada más que eso y no un potencial peligro, y al mismo tiempo alcanzar cotas sobre el nivel del mar que os abrirán ante vuestros ojos unos paisajes de la sierra sencillamente impresionantes. Este recorrido, sin duda el menos conocido de la sierra, os llevará hasta lugares recónditos de ella, a construcciones insospechadas en lugares estratégicos elegidos por el hombre, consciente de la importancia que tiene la visibilidad cuando la necesidad de observación es fundamental para su subsistencia.
Bien, os repito que el recorrido es magnífico, que descubriréis infinidad de matices en los paisajes y estad seguros de que el conjunto no os defraudará. Tomad nota de que los ascensos y descensos son pocos, especialmente en nuestro término municipal, pero sí en lazona de Ciudad Real, coincidiendo además con la peor parte del camino porque no ha sido reparado. Sin embargo, los descensos debéis recorrerlos con cautela, especialmente si lo hacéis después de haber llovido, porque incluso en seco, como me ha ocurrido a mí, anuncia problemas de horizontalidad. Andando el camino, antes de llegar al río Valmayor, os encontraréis con una puerta o cancela cerrada, que podéis traspasar con la única condición de abrirla y cerrarla, evitando de esta forma que el ganado que anda suelto por la finca salga de sus límites. Enseguida, luego de un pronunciado descenso, un nuevo mirador os ofrece la posibilidad de observar primero y descansar después en un lugar que estoy seguro que os cautivará. Se trata del situado sobre unos meandros del río Valmayor (es el nombre del mirador) que, con agua, debe ser una delicia, porque ya lo es en seco. Yo me apunto a recorrerlo de nuevo en primavera o el otoño, porque a su alrededor existen infinidad de arroyos que deben hacerlo único. En esa zona, la flora es exuberante y la variedad casi infinita.
A partir de este punto comienza la subida, contenida a veces y decidida otras, hacia nuestro destino: Fuencaliente. Como ya os he dicho, a partir del final del parque natural Sierra de Andújar, y con unos cuatro kilómetros y medio por delante, la calidad del camino que hemos recorrido deja paso a otro claramente diferenciado, con presencia continua de socavones, piedras sueltas y empinadas subidas. No obstante, no es peligroso ni reviste atención especial; si acaso,que es más exigente con el vehículo y el conductor, y que perdemos las vistas que hemos disfrutado hasta ese momento.
Una vez el camino de zahorra termina, enseguida veréis enfrente de vosotros la carretera nacional 420, que une Córdoba y Ciudad Real. Cuando os incorporéis a ella, a la izquierda, la primera entrada a Fuencaliente. Una vez en el centro de la villa, encontrar aparcamiento no os será difícil, pero sí necesario, porque callejearla en vehículo es complicado. Por cierto, justo cuando comenzáis la subida a la ciudad, a la derecha, tenéis a vuestra disposición un mirador desde el que observar lo que no habéis podido ver desde el camino que os habéis dejado atrás. Os aseguro que valdrá la pena.
Pasada la visita, y teniendo en cuenta que a la vuelta debéis dedicarle al menos, incluidas las paradas, dos horas, nosotros nos decidimos por dirigirnos hacia Azuel, Cardeña y Montoro. Si es tiempo de almorzar, lo tenéis fácil en cualquiera de ellas. Enseguida la A-4 y en casa. Por cierto, en todos los recorridos haceros acompañar de prismáticos y de la cámara de fotos y/o vídeo, porque a la vuelta os perderéis la oportunidad de disfrutar de lo que habéis visto.
ALGUNOS DATOS Y DIRECCIONES DE INTERÉS
Oficina de turismo de Fuencaliente: Pedriza, 8. Teléfono 926/47 02 88.
Ayuntamiento: 926/47 00 01
Como siempre os digo, si lo creéis conveniente, enviarme vuestras experiencias o sugerencias, por favor, a paga34@gmail.com !
Teléfonos de interés:
Emergencias: 112
Seprona: 953/250 340
Policía autonómica: 953/ 006 800
Centro operativo provincial de incendios: 953/313 075
Teléfono del Cercado del Ciprés: 953/539 620
Teléfono del Centro de Visitantes: 953/549 030