Moverse en verano, ir de sitio para otro buscando no sabemos con exactitud qué nos invita a ello que no sea el tiempo libre que tanto nos aburre (asumamos que aún estamos adaptándonos a la cultura del ocio), es cosa de los humanos. Y como yo me considero uno de ellos,¡qué esperabais!, pues eso, que he decidido conocer lo que tengo más cerca y eso quiere decir que me he ido (nos hemos ido, porque he viajado acompañado) a recorrer el parque natural Sierra de Andújar. Para los que lo conocen, decirles que los caminos forestales que recorren este espacio, por fin han sido muy mejorados; para los que aún andan con la duda y con falta de tiempo, invitarles explícitamente a que vengan a conocer una de las zonas más representativas del bosque mediterráneo español, repleta de fauna y flora, con infinidad de plantas y flores endémicas, y reserva mundial del lince ibérico. Evidentemente, con esos valores como mensaje publicitario, pocos serán los que aún se queden con la duda sobre si valdrá o no la pena adentrarse en un recinto completamente verde y responsabilidad directa de los ayuntamientos de Villanueva de la Reina, Marmolejo, Andújar y Baños de la Encina, porque para eso este espacio protegido es parte de su término municipal. A nivel oficial o burocrático, como queráis, es la Consejería de Medio Ambiente quien lo gestiona, y, por cierto, desde hace relativamente poco tiempo, con inusitada y desconocida decisión por equiparlo como merece, que buena falta le hacía.Por supuesto que el trabajo que desarrolla el equipo del actual director-conservador del parque, José María Molina, es encomiable y está resultando definitivo para el futuro de esta reserva. Y, a su lado, apoyándolo y compartiendo objetivos, el presidente de este impresionante recinto natural, Alfredo Ibarra. De entre los trabajos desarrollados hasta ahora por el ente autonómico, en cuanto a lo que los visitantes pueden disfrutar casi sin limitaciones, es precisamente el arreglo que se ha efectuado de los caminos forestales que recorren el parque, que nos permiten acceder, ahora sí, al interior de este impresionante conjunto de forma segura y cómoda. Y como la visita no es posible hacerla en una jornada, le hemos dedicado prácticamente una semana, y no tanto porque las distancias que distan unos puntos de otros nos hayan obligado a ello, sino porque desde el primer kilómetro recorrido por estos parajes fuimos invitados a pormenorizar, a buscar el detalle, el paisaje. De hecho, es la fórmula que hemos elegido para las sucesivas entregas que hemos previsto de esta crónica de viaje con el parque natural sierra de Andújar como único argumento.
Así, en la zona de Marmolejo, he podido visitar el mirador de Las Majadillas. Sobre el recorrido, deciros que el acceso lo encontraréis camino de La Centenera, que está señalizado convenientemente justo a la salida de la ciudad, a la salida del puente existente sobre el Guadalquivir que nos encontramos camino del embalse del Yeguas o de Cardeña. Os anuncio que es una subida prolongada y no exenta de dificultades; eso sí, con un final extraordinario. La mitad del camino lo haréis sobre asfalto y el resto, como hemos dicho, sobre zahorra muy bien compactada. Una vez en el recinto del mirador, además del panel informativo que encontramos y que nos proporciona detalles de lo que vemos (por cierto, dañado por los habituales enemigos de sí mismos, con los que estamos obligados a convivir y a pagar sus excesos), es tal la profusión de imágenes que aparecen ante nosotros, que no queda por menos que echar mano de los prismáticos para dedicarles tiempo y detalle. Como suele ocurrir en muchos de estos lugares, esparcidos por los alrededores, no echaréis de menos latas, botellas y plásticos de todo rango, habituales enemigos de la naturaleza que quienes os precedieron dejaron como excepcional y deshonrosa tarjeta de visita. Los responsables del parque lo tienen asumido, aunque reconocen el peligro que supone la presencia de estos elementos, y sólo esperan del sentido común de los visitantes para acabar con esta sucesión de despropósitos y de un futuro más positivo marcado por la conciencia medioambiental de las nuevas generaciones. Una vez asumido el paisaje, su carga monumental, a partir de ese punto, si os encontráis con ganas y sois de los que resisten el ascenso a pie, podéis recorrer el camino que conduce hasta las ruinas de la ermita de san José. Los que lo han medido aseguran que se puede hacer en tres horas la ida y la vuelta. Yo lo hice en coche. Y si desde el mirador las vistas resultan magníficas, muchas de ellas mejoran por el camino. Tengo que deciros que ascender en coche hasta este magnífico lugar, o a cualquier otro del parque, supone asumir una serie de exigencias; por ejemplo, intentar pasar desapercibidos para los animales que, estar seguros, os estarán observando durante el recorrido, para lo que es imprescindible que circuléis lo más despacio posible para evitar el levantamiento del polvo de la carretera, que, aunque arreglado, recordemos que sigue siendo de tierra. Pero sobretodo, lo que os rogaría es que, si tenéis la costumbre de fumar, muy mala para vuestra salud y, para como se han puesto los precios, para vuestra economía, que procuréis no hacerlo mientras dure la visita. El riesgo de incendio es tal, que fumar es un lujo que no debéis permitiros.
Debí deciros antes que Marmolejo bien merece una visita. Y como supongo que el camino hacia La Centenera lo iniciaréis a primeras horas de la mañana, desayunar unas roscas de churros (redondas le llaman allí) en el quiosco que encontraréis próximo al parque, no sólo os reconfortará, sino que su energía os permitirá un sobresfuerzo. A la vuelta, si os parece, podéis quedaros a almorzar. Restaurantes no hay muchos, pero los que están a vuestro servicio no os van a defraudar. Como municipio representativo del parque, muchos de sus platos provienen de él. Por cierto, de su huerto destacar sus pimientos rojos, sencillamente porque son exquisitos. El gran hotel Balneario asume el siempre complicado y exigente turismo que busca relajarse centros especializados en el relajamiento y el confort, que para eso dispone de una zona “spa” de última generación. Entre otros proyectos viables que la Corporación municipal tiene previsto llevar a cabo en poco tiempo, un campo de golf de 18 hoyos de categoría internacional.
Marmolejo es una de esas ciudades a las que los especialistas económicos denominan como de economía emergente, y sin duda que lo es. Actualmente es la ciudad provincial que más empuje económico muestra si la comparamos con otras ancestralmente ligadas a la industria. Por el momento, empresas de todo orden buscan terrenos en los que instalarse. Su ubicación geográfica, junto a la autovía A-4, y con la vía férrea pasando por su puerta, son determinantes para quienes buscan proximidad geográfica con los grandes centros de producción y venta con precios de explotación razonables y todos los servicios a su disposición. Es de reconocer que el trabajo que desarrolla el equipo de gobierno municipal de esta ciudad está siendo determinante en todo el proceso económico que os comento.
Finalmente, rogaros que aceptéis la señalización específica que os iréis encontrando a lo largo del camino, que para eso la han colocado. También, que el camino hacia La Centenera es muy transitado por ciclistas y que esto os exige atención. Si necesitáis más información, que es lo lógico, disponéis del centro de visitantes sito en las Viñas de Peñallana, en el camino hacia el santuario de la Virgen de la Cabeza. Allí os proporcionarán la información precisa y técnica que demandéis. Más cerca, en el camino de Los Rubiales, el Cercado del Ciprés, que es la sede oficial de la dirección del parque, os pueden asesorar de la misma forma que el centro de interpretación que, por cierto, cierra los lunes (el Cercado del Ciprés no). Que lo disfrutéis. ¡Y enviarme vuestras experiencias, por favor, a
Algunos teléfonos de interés:
Emergencias: 112
Seprona: 953/250 340
Policía autonómica: 953/ 006 800
Centro operativo provincial de incendios: 953/313 075
Teléfono del Cercado del Ciprés: 953/539 620
Teléfono del Centro de Visitantes: 953/549 030