Despedimos con junio la temporada de “Fuente Sorda”, un espacio, para quienes no sepan de él, que resume la actualidad casi siempre política de la ciudad. Desde esa ventana diaria expresamos nuestras dudas y nuestro rechazo al maltrato que estoy convencido recibimos de parte del equipo de gobierno municipal. Aparcado hasta septiembre, comenzamos a aparecer en el blog “Amanece en Andújar” siguiendo el consejo (mejor diría que exigencia) de la administradora y amiga de la “web” María José, que está convencida (¡lo que es capaz de hacer la amistad!) de que no lo hago del todo mal y que cuento con incondicionales que acuden regularmente en busca de novedades que compartir. Pues bien, esa es la intención, aunque tenga que admitir que el tiempo de que dispongo sigue siendo escaso y quizá no siempre pueda cumplir con mi palabra de escribir casi a diario.
Aunque habitualmente me haya entregado casi por completo a compartir con los lectores los recorridos que efectuados por los caminos abiertos a la circulación en el interior del parque natural “Sierra de Andújar”, esta temporada quiero diversificar mi participación y es por eso que necesito vuestra opinión, sobre todo porque es la mejor forma de redirigir los escritos y conseguir un mayor consenso. Por ejemplo, para los que vivimos el día a día de Andújar y que, como ha quedado demostrado a lo largo de cientos de intervenciones, no estoy para nada de acuerdo con las decisiones y el trabajo que desarrolla el gobierno municipal, creo necesario dejar constancia de una situación agobiante que mantiene a la ciudad en un sin vivir continuo y que influye en la pérdida de la motivación que creemos imprescindible debe presidir todas las actuaciones de la ciudadanía.
En realidad, responsabilizo de este mal retrato que de Andújar compartimos a la totalidad de la clase política que nos representa en el salón de plenos de la Casa Consistorial, entre otras razones, porque tiempo han tenido para recuperar el sentido común y reclamar no sus reivindicaciones, sino las nuestras, que somos los que los hemos puesto en donde están, trabajo por el que cobran (ciertamente, cuando cobran, porque llevan meses y meses esperando la soldada que se les adeuda) y del que nos deben dar cuentas regularmente. Entre otros asuntos pendientes, por ejemplo, que nos den, no detalles y sí fechas, información en cantidad y calidad suficiente como para interpretar correctamente la realidad de Innovandújar, que, para los que no sepan a qué nos referimos, decirles que se trata de una zona de la ciudad situada en plena Nacional IV, en la recta conocida como del Sotillo, que dejó de ser terreno agrícola para pasar a industrial hace unos años y que desde el equipo de gobierno se nos hizo creer, allá por marzo de 2007, que se convertiría en un parque tecnológico de grandes posibilidades y en el que se podrían instalar empresas de altos vuelos. Bien, pues hoy todo sigue como estaba, aunque los propietarios de la mayor parte de estos terrenos (el Ayuntamiento sólo dispone de un poco más de cuatrocientos mil metros frente a los casi millón y medio en poder de particulares) se han dejado allí unos cuantos millones de euros que nadie es capaz de asegurar en realidad dónde se han invertido.
Y lo dejamos por ahora. Prometemos volver sobre un tema que creemos sangrante para la ciudad y que representa actualmente (aunque lo es desde el mismo momento de su presentación en sociedad) una gran mentira firmada por el Partido Popular de Andújar.
